16 de junio de 2012

Cabin Fever, Cuidado con el Contagio




No hay nada tan placentero para un asiduo espectador/devorador de películas como no tener expectativas antes de ver una, aun sabiendo que es Eli Roth (sí, me gusta el gore) el que está detrás y que el cartel lo forma una calavera a base de árboles (¡Uy que yuyu!).

La película parte de la clásica premisa del cine de terror sobre asesinos en serie (slashers que lo llaman ahora) tan trillada a día de hoy, que bebe descaradamente de clásicos como Viernes 13 o Halloween, solo que esta vez nuestro asesino no es de carne y hueso.




Y he aquí que un grupo de jóvenes, cansados ellos de estudiar, se van de juerga rural a un lugar perdido e incomunicado (¡Con lo grande que es Norteamérica, señores!) comenzando la estancia con sexo y disparos con escopeta de aire comprimido a las ardillas del lugar (¡Qué sería de este tipo de películas sin el típico graciosillo!) hasta que encuentran a alguien que necesita ayuda y que de una forma desconocida (este detalle me ha gustado mucho) está infectado por algo que deteriora la piel y aumenta la agresividad. Todo esto desata la locura, en primer lugar, intentado ayudar al susodicho y, en segundo, golpeándolo e intentado huir del lugar sea como sea.




La infección, dada su desconocida forma de contagio, va creando escenas tanto de terror y pánico como de momentos cómicos (sexo incluido) que mezcladas con un gore selectivo y personajes pintorescos (ese momento Kárate Kid no tiene precio) dotan a la película del revulsivo necesario y, para mí, brillante para no apagar la tele pensando “¡Bah, otra igual que las demás!”.

Vamos, que sí, que me ha gustado bastante ya que sin ser una obra de arte se despega de la típica “película-de-terror-con-jóvenes-y-sexo” y deja un buen sabor de boca una vez finalizada. Un guión decente que, si nos ponemos filosóficos, podría indagar incluso en la solidaridad del ser humano.




Incluso el propio Roth se da el capricho de hacer un cameo en ella. Y ya, a título muy personal, me ha gustado ver en una faceta que desconocía a Rider Strong, el eterno Shawn Hunter de Yo y el Mundo.

Tiene una secuela y dos proyectos más que acabarán convirtiendo este Cabin Fever en otra saga del cine de terror, pero eso ya es otra historia.


 

4 de junio de 2012

Dial H #1



La premisa de esta nueva andadura de Dial H (antes Dial H For Hero) en el nuevo Universo DC sigue siendo tan simple como espectacular y aunque a nadie sorprenderá la idea en la que se basa la serie, la forma en la que está narrada y dibujada te deja bastante satisfecho y con ganas de más. El guión es del escritor británico de literatura fantástica China Miéville, mientras que el dibujo, que recuerda muchas veces a Hellblazer, es de Mateus Santolouco.

El protagonista aquí es una simple cabina de teléfono, sirviendo esta vez para algo más que el vestidor de Superman. Una cabina que, marcando unos números específicos, otorgan a quien los marca una transformación con poderes incluidos. Pero no esperéis al típico superhéroe musculoso con mallas de colores (véase Superior de Millar por ejemplo), sino que tanto los poderes como las “pintas” de tales héroes son bastante más variopintos.




La historia de este #1 se centra en Nelsie, una persona que, pese a no llegar a los treinta, tiene un sobrepeso preocupante y una desgana por el mundo que lo rodea. Una noche mantiene una discusión acalorada con un amigo, Warren, y éste, enfadado, abandona el lugar.

Ya en la calle, Warren se topa con un grupo sospechoso que le estaba esperando, empezando a golpearlo (se ve que anda metido en algo malo) hasta que Nelsie, con intención de pedirle perdón, llega al lugar y ve lo ocurrido, siendo golpeado también. Al ver una cabina, no duda en llamar a la policía para pedir ayuda y ¡Tachán, tachán! Es aquí donde empieza lo bueno.




Sin saber que números ha marcado, aparece convertido en una especie de monstruo sacado de Pesadilla Antes de Navidad ya que, salvando las diferencias, tiene cierto parecido a Jack Skeleton, llamado Boy Chimney (Chico Chimenea) dándole a los presentes una buena tunda (usando el humo como le viene en gana) y llevando a Warren al hospital.

Un punto importantísimo a destacar y que juega mucho a favor es que, cuando está transformado en esa especie de criatura, Nelsie es totalmente consciente de lo que hace, teniendo pensamientos propios mientras actúa. Una vez Warren en el hospital, La criatura se desvanece y Nelsie vuelve a ser quien era, despertando al amanecer y siendo totalmente consciente de todo lo que había pasado.



 
Ya en el hospital y con Warren ingresado, Nelsie decide volver a la cabina para, una vez transformado de nuevo, hacer una visita a la banda de malhechores para que dejen a Warren en paz. Pero he aquí la sorpresa, ya que tras probar muchas combinaciones de números consigue transformarse, pero no en el monstruo anterior sino en una especie de superhéroe emo llamado Captain Lachrymose (Capitán Lacrimoso) que tiene el poder de entristecerte haciéndote recordar momentos traumáticos de tu vida.




La visita acaba con todos llorando (cada uno con su trauma personal) hasta que Nelsie (transformado en tal peculiar superhéroe) se topa con una mujer mayor que se encontraba ensimismada en una silla (que acojona lo suyo) y que no parece de este mundo, haciéndole frente con una especie de magia chunga, pero éste se defiende haciéndola caer.

Una vez hecha oficialmente la amenaza para que dejaran tranquilo a Warren, desaparece. Tras la visita inesperada del variopinto superhéroe, dos miembros de la banda mantienen una misteriosa conversación telefónica que da a entender que no son una simple banda callejera ni mafia por el estilo.



 
Primer número muy bueno que deja abiertas muchas puertas, algún que otro misterio y personajes en la sombra, dando la sensación de que veremos superhéroes de todo tipo, pero nunca uno convencional.